lunes, 14 de julio de 2014

Arte y colorido en Izúcar de Matamoros*

El municipio Izúcar de Matamoros se localiza en el estado de Puebla y es una de las ciudades más pobladas de la entidad. En su escudo se representa un cuchillo de obsidiana, una encía roja y cuatro dientes blancos, así como varias huellas humanas. El primer nombre del lugar, Izúcar, proviene de un vocablo en náhuatl que se ha traducido de diferentes maneras, siendo las más aceptadas: Lugar de obsidiana, Lugar donde se trabaja la obsidiana y Lugar de camino de pedernal.

A partir del establecimiento de los españoles se convirtió en uno de los centros más importantes de cultivo y explotación de la caña de azúcar. Al primer nombre se añadió el apellido Matamoros en honor del teniente general Mariano Antonio Matamoros Guridi por haber liberado a Izúcar en 1812 y formar un ejército de dos mil 500 insurgentes.
Si viaja en transporte público tome en cuenta las siguientes dos rutas: tomar la carretera que va de la Ciudad de México a Puebla y luego seguir por el camino a Atlixco. Si el día está despejado tendrá una vista inigualable de los volcanes, especialmente del Popocatépetl. La segunda opción consiste en tomar la carretera que va a Cuernavaca, desviarse hacia Cuautla y seguir hasta Izúcar de Matamoros. El clima es caluroso así que conviene llevar ropa apropiada.

Aun cuando existen varios sitios de interés hay poca infraestructura turística. En el centro del poblado destaca la arquitectura civil y religiosa, algunos inmuebles datan del periodo virreinal (siglos XVI a XVIII). En las cercanías se encuentra una laguna donde se practica la pesca de trucha, así como varios balnearios.

La ciudad es poseedora de una gran tradición en fiestas populares. También en artesanía, especialmente piezas de barro cocido y policromado. Algunos artesanos han concursado y obtenido premios por el diseño, originalidad y calidad de sus creaciones. Sus piezas tienen gran demanda en México y en otros países.

Entre las fiestas de mayor tradición está la de Santiago Apóstol, el 25 de julio, que incluye actos litúrgicos y danzas tradicionales. La celebración es motivo de alegría para los habitantes y un gran atractivo para personas de otros municipios y entidades federativas. Es una ocasión especial para visitar el templo y probar la comida y dulces típicos, adquirir productos artesanales y disfrutar de los juegos mecánicos.

Un arte creativo
En Izúcar de Matamoros el arte de trabajar el barro es muy antiguo, se remonta a tiempos prehispánicos cuando se elaboraban objetos necesarios para la vida diaria, para comerciar o para formar parte de las ofrendas que se colocaban en honor de los dioses, o en los entierros de los altos dignatarios y guerreros.

Desde hace más de 250 años los artesanos de Izúcar empezaron a hacer figuras y piezas de barro cocido y policromado e imprimieron un sello distintivo a sahumerios, árboles de la vida y calaveras. Cada creación es única y dueña de un fino acabado y gran colorido.

Los árboles de la vida incluyen personajes y escenas relacionadas con la historia de la persona que encarga la pieza, o bien elementos relacionados con la historia local. Cada artesano crea su propio diseño, lo cual da variedad a la producción alfarera de Izúcar de Matamoros.

El uso de sahumerios es común en celebraciones religiosas como la del Jueves de Corpus Christi, realizada recientemente, y en los actos de culto de la Cofradía del Santísimo, durante todo el año. Se dice que hace tiempo los árboles de la vida estaban ligados al matrimonio. La pareja de recién casados recibía como obsequio y en custodia un árbol de madera que debía cuidar durante varios años, al término de los cuales se hacía una fiesta. Si la pareja seguía unida y había cumplido sus metas se le entregaba otro árbol, ahora de barro cocido y policromado que implicaba la continuidad del compromiso. El árbol de la vida es un símbolo de fertilidad y buenas cosechas.

Los talleres de los artesanos cuentan con las herramientas necesarias para realizar su trabajo. Las labores inician a temprana hora con la recolección del barro en determinados cerros o sitios. Luego se procede a su limpieza y preparación para obtener una masa que sea manejable. Las figuras y objetos resultantes se meten al horno a alta temperatura hasta quedar bien cocidos. Se dejan enfriar y se procede a pintarlos.

Cada proceso requiere de un tiempo específico y debe realizarse “como manda la tradición” para obtener buenos resultados. Las figuras de animales pequeños necesitan un armazón metálico, mientras que los árboles de la vida se sostienen únicamente con el barro endurecido.

El decorado es parte importante del proceso. La pieza debe estar previamente pintada de blanco para recibir el color. En épocas pasadas se utilizaba el blanco de España y los pigmentos se elaboran totalmente con productos naturales. Todavía se usan algunos tintes naturales. Los colores se entretejen y animan figuras de mariposas, cráneos, diablitos y corazones. Hay piezas grandes y pequeñas. A mayor trabajo mayor es el precio de la pieza; algunas incluso son de colección y otras tienen bajo costo pero gran calidad.

Cabe destacar el trabajo que realizan los descendientes de don Alfonso Castillo Orta, pionero en el arte de trabajar la alfarería. Sus descendientes han conservado por varias generaciones la tradición artesanal y son famosos por el diseño de sahumerios y árboles de la vida. La familia completa comparte con orgullo y entusiasmo el oficio que les heredaron sus antepasados.

La artesanía de Izúcar de Matamoros expresa la forma de ser de los habitantes y es motivo de orgullo para los mexicanos. Resulta sumamente importante apreciar y difundir este tipo de trabajo artesanal donde predomina la creatividad y el ingenio de nuestros artesanos.

De llamar la atención
Entre las construcciones de carácter civil más interesantes destacan: el Portal Hidalgo, el Ex Palacio Municipal, la Casa de Cultura y la Antigua Casa Colorada (que se encuentra en rehabilitación). Las antiguas construcciones conservan su belleza. Algunas tienen puertas o ventanas protegidas con diferente tipo de balcones. En la Casa de Cultura encontrará algunas piezas artesanales, lo mismo que en el auditorio municipal.
Destaca el templo de San Juan de Dios, el de Nuestra Señora de la Luz (construido en el siglo XVII), y la Parroquia de Santa María de la Asunción.

Se conserva un conjunto arquitectónico del siglo XVI que consiste en un convento y un templo dedicado a Santo Domingo. Su construcción se remonta a la segunda mitad del siglo XVI y los primeros años del siglo XVII. Destaca el presbiterio en forma de concha y el altar mayor. Tanto el altar principal como los laterales se realizaron en madera de cedro con finos acabados en estilo barroco. Están considerados entre los más bellos de México. En 1939 hubo un incendio que destruyó parte del templo y convento. En la restauración se respetó el estilo del inmueble. Cabe mencionar que el día de la fiesta patronal (8 de agosto) participan activamente los 14 barrios de la localidad y se reciben santos de otras poblaciones.

Para visitar el convento dominico se necesita permiso del párroco. Vale la pena conocer los corredores del claustro bajo y admirar los restos de pintura mural donde están representados santos y santas de la orden dominica. Cada personaje lleva un distintivo ligado a su vida. Los espacios son amplios, se puede acceder al refectorio (comedor) y cocina. Hay infinidad de detalles constructivos: haces de columnas, nervaduras en la bóveda del claustro, arcos en forma de flama, contrafuertes que realzan las proporciones de los muros, etc. Algunas “ventanas arqueológicas” permiten asomarse a otras etapas constructivas del inmueble.

A la entrada de la ciudad se ubica el templo de Santiago apóstol, famoso por las proporciones monumentales del santo y su caballo. En la calle principal se levantaron dos grandes arcos y un reloj. Caminar por la calle principal permite descubrir detalles de la imagen urbana.

Conocer más
En la plaza principal se levantó un monumento en honor al cura Mariano Matamoros y como un reconocimiento por su destacada participación en la lucha de Independencia de México.
En los alrededores existen otros atractivos: balnearios, acueductos ligados a antiguos cascos de haciendas azucareras y la laguna de Epatlán. En esta última puede realizar un recorrido en lancha. Viaje en familia y descubra el arte y la artesanía de México, un patrimonio de los mexicanos que vale la pena conservar y compartir.

*Artículo escrito por Yolanda Trejo y publicado en el portal digital de la revista Vértigo Político, con fecha de 11 de julio de 2014. Enlace http://www.vertigopolitico.com/articulo/37130/Arte-y-colorido-en-Izcar-de-Matamoros

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